Según nuestra constitución política y la ley de educación
nacional la educación es un derecho de todos. A lo largo de la historia de
nuestro país y de nuestra educación, Guatemala se ha caracterizado por sus
luces y sombras; nuestro transitar histórico está plagado de la pugna de poder
entre ricos y pobres y no digamos entre indígenas y no indígenas.
En materia de educación, desde antes se le ha negado al
indígena el derecho de recibir una educación acorde a su idioma, a su cultura y
a su cosmovisión. Las razones pueden variar según el momento político,
histórico, económico y social que está viviendo nuestra nación. Durante la
época colonial había prácticas esclavistas de exagerada atrocidad contra el
indígena; en la época liberal, fueron disminuyendo dichas prácticas pero el
indígena era considerado como un ciudadano de segunda o tercera categoría. Su
cultura, su idioma y su cosmovisión en muchos casos hasta era satanizada; tal
es el caso de la práctica de la espiritualidad maya que fue tajantemente
prohibido durante la colonia por considerarse una práctica diabólica y
peligrosa.
Vemos pues que en dichos contextos, hablar de una educación
bilingüe era una utopía y hasta era un delito o una ridiculez pues las
autoridades guatemaltecas de aquellos tiempos consideraban que el indígena tenía
que olvidarse de su idioma, su cultura, su cosmovisión y su espiritualidad para
desarrollarse y alcanzar un nivel de vida aceptable. De ahí surge la idea que aún
persisten en nuestro días que el uso del idioma materno ( para nuestro caso sería
el k’iche’) es un atraso para los indígenas. Lo cual ha constituido como una de
las forma de discriminación más antiguas y más letales contra los pueblos mayas
pues muchos hoy en día ya no enseñan el idioma maya a sus hijos, ya solo les
hablan en español lo cual es un gravísimo problema pues lo único que estamos
haciendo con eso es legitimar o validar las actitudes racistas con que nos
tratan las personas de otras culturas.
Por tanto, la educación bilingüe intercultural y ahora la
educación maya sale al paso para
responder a dichas prácticas racistas.
Uno de los objetivos de la propuesta de educación maya hoy en día, más allá de legitimar
nuestro derecho a una educación en nuestro idioma y desde nuestra cultura, lo
que buscamos es descolonizarnos y liberarnos de esas ataduras históricas y
reclamar un espacio de participación y poder de decisión en nuestro país
sacudiendo las trabas sociales y políticas racistas que ha cooptado nuestro
estado guatemalteco desde la colonia y que aún persiste en nuestros días.
He ahí el fin principal y último de la educación maya;
descolonizar las mentes, las conciencias, la educación, la cultura, la
política, la economía, las formas y modalidades de convivencia, etc. Porque la
colonia está reviviendo y nos debemos de alejar
de ella y alejarla de nosotros; la educación bilingüe intercultural y la
educación maya son el principio y la estrategia más efectiva y eficaz para ello
puesto que la educación tiene efectos determinantes en nuestras formas de vida
y convivencia social así como la forma en que asumimos nuestras decisiones a
nivel personal y colectivo.
Si nos empoderamos de la educación para ejercer y hacer
respetar nuestro derecho y nuestro espacio de participación y poder ya lo tenemos
todo hecho. En la educación se inicia nuestra liberación y en ella se consume
nuestra victoria pues la educación es el arma más poderosa para cambiar las
mentes de nuestros hermanos y si iniciamos desde la escuela, el colegio, la
universidad, todo ya viene a cuenta de nuestra voluntad y acciones.
Por tanto debemos tomar desde ya la iniciativa de asumir
este compromiso de hacer y dejar hacer este tipo de educación. No es posible
que como indígenas nos opongamos a la educación hecha para nosotros; no es posible
que nos dejemos discriminar. Comentaba al inicio el caso de aquellos que se
oponen a la enseñanza del idioma maya;
entonces yo me pregunto ¿cómo es posible que hay gente que aún en este tercer
milenio se deje discriminar y fomente el racismo de esa manera? Porque eso es
desear y dejarse discriminar, lo cual no deja de ser hasta cierto punto algo
ridículo pues es como si dijeran: _discrimínenme,
como se siente bien que rechazan mi
idioma, mi cultura, mi cosmovisión. No acepto la educación maya, no acepto la
educación bilingüe; acepto la discriminación, acepto el racismo, acepto la
exclusión social, es mejor, pues mi
cultura es un atraso__.
Usando un poco de sentido común la actitud que ilustramos
en el párrafo anterior es una actitud evidentemente ridícula. Entendamos que todo depende ya de nosotros. El
inicio de esta nueva era, al inicio de un nuevo oxlajuj Baqtun debemos tomar
conciencia que ya es tiempo de liberarnos de ese pasado colonial y reclamar
nuestra liberación y nuestra vida pues
el colonialismo solo nos trajo atraso, subdesarrollo, pobreza y muerte. Mas la
educación maya, nuestras luchas y nuestro esfuerzo nos conducirán a la
libertad, al desarrollo y a la plenitud de vida al inicio de una nueva era.
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