Después de un desierto, llega un oasis. Hoy puedo decir que he resucitado después de mi gran resurrección. Un día después, ya parece un sueño. Haber vivido un día al que le sobraron horas, alegrías y emociones. Haber nacido del día para vivir de verdad. Hoy puedo decir que estoy resurgiendo de mis cenizas.
Al amanecer, me levanté despeinado y me respiré todo el día anterior para caminar por los caminos lodosos y resbaladizos del ayer y con una carga de nada por la espalda. Si la memoria no me falla, ayer fui FELIZ, digo FELIPE.
No hay comentarios:
Publicar un comentario