Si los hechos escribieran mi vida, mis hechos las escribiria con nada. En la ruta de la nada he maldecido la sombra del rechazo. Con sus notas, con sus risas, con su ignorancia. No sè como pedir clemencia a la inocencia; no sè como decir adiòs a la nada. No sé como culparme de mi inocencia.
Más solo un abrazo deseado describirà la esencia de mi ansiedad. Cómo odiar lo que amo. Cómo luchar por lo que luche?. Es una cruz, es un camino perdido
Solo me queda vengarme de mis heridas. Aquellas que sane con llagas; con llagas de silencio.
Por qué no reir de mis caidas, por qué no escupirle la cara al desorden. LLorar?, nunca. Reir?, poco. Pero sé que sembraré frutos con mi sacrificio. Sé que de mis heridas brotarán éxitos.
Solo aquel que fabricó mi vida llevará mi ruta al cielo de las venganzas. Solo Él pagará a su debido tiempo al justo despues de su holocausto en el altar de la justicia.
Llevaré en mis diplomas el polvo de mis caídas. Las verteré por el trayecto de mi andar. Sembraré con ello un futuro de luz. Y me llevaré el sacrificio de mi mocedad. Seré el consejero de los grandes. LLamaré sabios a los niños, escribiré epitetos en las páginas imborrables de la experiencia en presencia de aquellos que de ello tanto se jactaron.
Entonces clamaran clemencia mis hostigadores mas no me vengaré. Entonces buscarán mis frutos mis asesinos mas no los buscaré. Me llamarán Luz, Guía y cumbre. Sacudiré el polvo de mis caídas sobre mi cosecha.
Creerán entonces los incredulos que no hay mejor venganza que el amor. Dirán entonces los vencidos que no hay mejor esperanza que la paciencia y el coraje. Y que no hay peor caìda que la cosecha precoz.